En mi caso creo que lo tengo muy claro. NO CALLAR!
Muchas veces es tan culpable o incluso más el que observa estos actos de discriminación.
Si condenáramos y no toleráramos este tipo de comportamientos no se producirían tan a menudo. Tan culpable es el que ríe nerviosamente mientras observa como el que mira para otro lado, como el que piensa que eso no va con él, como el que comete la agresión.
Creo que es un buen ejercicio recordar que tarde o temprano todos vamos a ser ancianos y que a lo largo de nuestra vida vamos a sufrir tarde o temprano algún tipo de discriminación. Una vez asumido esto, ¿no es mejor empezar desde ya a poner nuestro granito de arena?
El mundo es como es y no va a cambiar su naturaleza solo porque nos lamentemos y esperemos a que algo cambie. En nuestra mano está poner nuestro granito de arena, cambiando nosotros mismos primero e inspirando a otros con nuestro ejemplo.